Artistas hablan de su experiencia como madres
Cultura • 10 Mayo 2012 - 5:43am — Miriam Pulido
Foto: Sara Valenzuela
Guadalajara • Todo mundo lo sabe: ser artista y sobrevivir con una dignidad material no es nada fácil. No existe la seguridad social para quienes trabajan en este sector, los caminos para que el arte que se crea se convierta en algo productivo no están claros. Para quienes son mujeres y deciden también vivir la experiencia de ser madres, la complicación suele ser aún mayor. Las emociones y los sentimientos maternales se ven reflejados y necesitan ser expresados en las diferentes manifestaciones en las que laboran. Desde la etapa del embarazo, los primeros meses del bebé y los años posteriores; la experiencia materna y la carrera del arte irán de la mano en la mayoría de los casos. Aquí ofrecemos la experiencia de algunas madres artistas.
Para la cantante jazzista y locutora, Sara Valenzuela, la maternidad le cayó bien e influyó en su creación musical. “En mi caso, yo desde que estaba embarazada, seguía tocando todavía hasta los ocho meses”, comentó.
Lo cierto es que los primeros años de Matías, su hijo, que ahora tiene cinco años de edad, fueron más difíciles que ahora, puesto que también por su carrera, debía viajar más y tenía que dejarlo con el papá para que lo cuidara.
Por otra parte, la actriz y directora teatral, Susana Romo, que es madre de Renata, quien tiene quince años, la maternidad ayudó a que a su vez creciera en su carrera y en conjunto como madre, comentó.
Para la pintora Gabriela Tolentino, el ser madre de Constanza (quien tiene 3 años), modificó por completo sus cuadros, puesto que anteriormente su obra era erótica y ahora, aunque no deja de serlo del todo, es juguetona en otros aspectos, comentó. “A partir de que soy mamá mejoró mi obra, se volvió todavía más rica, la experiencia sí me enriqueció tremendamente”, confiesa Tolentino.
Definitivamente el ser mamás para estas artistas se vio reflejado en sus obras. En el caso de Sara Valenzuela, escribió dos canciones donde se nota más esta influencia de su etapa de vida, una llamada Navegar, que escribió mientras estaba embarazada pero que formó parte del disco En la cocina y una más titulada Vida en tus ojos; esta última es la manera de ver “a través de otras personas, en esta ocasión de niños, de la forma de que no es tan importante estar atado a lo que fue o lo que ya pasó sino enfocarte a lo que es hoy”, agregó la cantante.
Mientras que para Susana Romo, el hecho de iniciarse en el teatro para niños, fue precisamente por la intención de explorar su maternidad a la vez de ayudar con la de otras mujeres y la vida de otros niños.
“Yo empecé a hacer teatro para niños por ella, había una necesidad mía de dialogar con ella desde otro lado y creía yo que la escena era el mejor lugar, también para ver sus preocupaciones, entender a los niños, ella ha sido parte de mi crecimiento como creadora”, confesó Susana Romo.
Mientras que Gabriela Tolentino pintó su primer cuadro dedicado a su hija llamado Morisquetas en 2012. Su obra “dio un giro completamente, cargada de emoción. Ahora le quité esa magia pesada de la sociedad. Estaba hablando nada más de política, de tragedia, de terrorismo y me fui al lado onírico, más inocente, más inusual dentro del adulto”.
Para las tres mamás, el hecho de que se dediquen al arte hace a sus hijos más sensibles a cada una de las expresiones, pero no pretenden obligarlos a que se dediquen a lo mismo.
“Sí quiero que esté expuesto y que tenga la oportunidad después de tomar en forma algún instrumento pero no siento que tenga que ser algo obligado, sino que sea natural”, comentó Sara Valenzuela, aunque dice que Matías “va a la radio, le han tocado pruebas de sonido, siento que lo toma como algo divertido”.
Por su parte Renata, la hija de Susana Romo, gusta de la danza pero “es una gran espectadora de teatro porque ha visto muchísimo”, por lo que de manera individual “ha ido construyendo su propia relación con el arte. Yo no le he querido imponer nada, entonces tiene mucha libertad y es muy sensible a todas las artes”.
Para la cantante jazzista y locutora, Sara Valenzuela, la maternidad le cayó bien e influyó en su creación musical. “En mi caso, yo desde que estaba embarazada, seguía tocando todavía hasta los ocho meses”, comentó.
Lo cierto es que los primeros años de Matías, su hijo, que ahora tiene cinco años de edad, fueron más difíciles que ahora, puesto que también por su carrera, debía viajar más y tenía que dejarlo con el papá para que lo cuidara.
Por otra parte, la actriz y directora teatral, Susana Romo, que es madre de Renata, quien tiene quince años, la maternidad ayudó a que a su vez creciera en su carrera y en conjunto como madre, comentó.
Para la pintora Gabriela Tolentino, el ser madre de Constanza (quien tiene 3 años), modificó por completo sus cuadros, puesto que anteriormente su obra era erótica y ahora, aunque no deja de serlo del todo, es juguetona en otros aspectos, comentó. “A partir de que soy mamá mejoró mi obra, se volvió todavía más rica, la experiencia sí me enriqueció tremendamente”, confiesa Tolentino.
Definitivamente el ser mamás para estas artistas se vio reflejado en sus obras. En el caso de Sara Valenzuela, escribió dos canciones donde se nota más esta influencia de su etapa de vida, una llamada Navegar, que escribió mientras estaba embarazada pero que formó parte del disco En la cocina y una más titulada Vida en tus ojos; esta última es la manera de ver “a través de otras personas, en esta ocasión de niños, de la forma de que no es tan importante estar atado a lo que fue o lo que ya pasó sino enfocarte a lo que es hoy”, agregó la cantante.
Mientras que para Susana Romo, el hecho de iniciarse en el teatro para niños, fue precisamente por la intención de explorar su maternidad a la vez de ayudar con la de otras mujeres y la vida de otros niños.
“Yo empecé a hacer teatro para niños por ella, había una necesidad mía de dialogar con ella desde otro lado y creía yo que la escena era el mejor lugar, también para ver sus preocupaciones, entender a los niños, ella ha sido parte de mi crecimiento como creadora”, confesó Susana Romo.
Mientras que Gabriela Tolentino pintó su primer cuadro dedicado a su hija llamado Morisquetas en 2012. Su obra “dio un giro completamente, cargada de emoción. Ahora le quité esa magia pesada de la sociedad. Estaba hablando nada más de política, de tragedia, de terrorismo y me fui al lado onírico, más inocente, más inusual dentro del adulto”.
Para las tres mamás, el hecho de que se dediquen al arte hace a sus hijos más sensibles a cada una de las expresiones, pero no pretenden obligarlos a que se dediquen a lo mismo.
“Sí quiero que esté expuesto y que tenga la oportunidad después de tomar en forma algún instrumento pero no siento que tenga que ser algo obligado, sino que sea natural”, comentó Sara Valenzuela, aunque dice que Matías “va a la radio, le han tocado pruebas de sonido, siento que lo toma como algo divertido”.
Por su parte Renata, la hija de Susana Romo, gusta de la danza pero “es una gran espectadora de teatro porque ha visto muchísimo”, por lo que de manera individual “ha ido construyendo su propia relación con el arte. Yo no le he querido imponer nada, entonces tiene mucha libertad y es muy sensible a todas las artes”.